LOS VALORES EPISTÉMICOS Y SUS RELATOS AXIOLÓGICOS

 

Las ideas que cada uno de nosotros tenemos perfilan nuestra identidad más que cualquier otro factor cultural. Estas ideas son generadas y transmitidas por cada cultura, por lo que no se puede obviar la responsabilidad epistémica que cada una de ellas contrae. Así, la responsabilidad de la gestión del conocimiento por parte de las culturas les conduce a poseer ciertos valores epistémicos no exentos de contigencias histórico-culturales.

Así pues, los valores epistémicos son también valores en un amplio sentido socio-cultural. Los correlatos axiológicos de algunos valores epistémicos sirven para mostrar esta relación axiológica. Así, la verdad, como valor epistémico, favorece la eficacia de decisiones y acciones orientadas al bien social y a la justicia social, así como devalúa socialmente las actitudes dogmáticas que tan extendidas están en la sociedad. Sin embargo, la verdad, a pesar de estar considerada como un valor epistémico puro, es ante todo un valor y, por tanto, dependiente del contexto cultural.

El compromiso semántico, otro de los valores epistemológicos de gran transcendencia, favorece la conversación racional y la honestidad en la comunicación social, entre otros. Además, la verificabilidad o la falsabilidad como valor epistémico es esencial para afianzar tanto la integridad intelectual en el discurso como la intersubjetividad. Así, la revisión por pares que toda investigación debe superar para poder publicar sus resultados es un claro ejemplo de testabilidad estructural que robustece así, las teorías que de ellas se derivan. Los mismos correlatos axiológicos pueden asignarse al valor epistemológico de la coherencia interna, entendida como falta de contradicción, y externa, entendida como consistencia con creencias verdaderas.