VISITA INESPERADA

 

Marie e Irène Curie (1925) (vía mujeresconciencia.com)

Como cada día he acudido al laboratorio y tras tomarme un horrible café de máquina, me he puesto la bata blanca, he saludado a mis compañeras (casi todas somos mujeres y, como siempre, yo llego la última) y me he dirigido a mi mesa de trabajo. Alguien había ocupado mi puesto y parecía estar muy concentrada en apuntar algo. Era una mujer, con rictus serio, triste, el pelo recogido en un enmarañado moño y con un sobrio vestido gris. Me he acercado, le he dado los buenos días, y ni siquiera me ha contestado. Parece sacada de otra época.

Perdona, pero ¿quién eres?

Irène.

Me he quedado igual, así que, al interrogarla con los ojos, ha contestado:

Irène Joliot-Curie

Madre mía, cómo me suena ese nombre. Bueno, mejor dicho, ese apellido. ¿Tienes algo que ver con la gran Marie Curie?

Soy su hija, pero ¿podríamos centrarnos en el trabajo? Hay mucho que hacer…

Un momento, no puedes decirme que eres hija de Madame Curie y quedarte como si nada. ¿Está ella por aquí? ¿Ha venido contigo?

No, mi madre ya murió. Pero no te preocupes, no voy a quemar el laboratorio. Aunque no sea como ella, he aprendido mucho a su lado. He pasado largos años trabajando con ella en el Instituto Curie. Tras la muerte de mi padre, Pierre Curie, que se produjo por accidente cuando yo tenía apenas 9 años, mi madre me tuvo a su lado hasta que me convertí en su confidente y colaboradora. Ella solía referirse a mi como su “compañera y amiga”. A su lado aprendí a utilizar las unidades portátiles de rayos X durante la Primera Guerra Mundial; radiografiaba a los heridos y después hacía cálculos geométricos para poder decirle al cirujano dónde estaban exactamente las balas y la metralla. En el campo de batalla cumplí los 18 años y me encargué de formar a otras enfermeras para que pudieran utilizar los equipos de rayos X.

Así que, además de ser hija de una Premio Nobel (por partida doble), has trabajado con una Premio Nobel.

Sí, es maravilloso, pero bueno, yo también recibí el PremioNobel de Química en 1935 junto con mi marido Frédéric por descubrir la radioactividad artificial. Y en otras dos ocasiones, estuvimos a punto de conseguirlo. Frédéric y yo centramos nuestros estudios en las emisiones radiactivas. En 1932 observamos que la radiación procedente del berilio al incidir sobre la parafina expulsa una gran cantidad de núcleos de hidrógeno (protones) de la parafina. Lo interpretamos como una radiación electromagnética de alta frecuencia, pero nos equivocamos. Tuvimos delante al“neutrón” y no supimos verlo. La segunda vez nos pasó algo parecido con el positrón, cuando no supimos reconocer la presencia de una nueva partícula en un experimento con una cámara de niebla en la que observamos cómo algunos “supuestos” electrones se desviaban en sentido contrario. Pero seguimos investigando y en 1933 conseguimos crear un material radiactivo por primera vez.

Irène y Frédéric Joliot-Curie (1945) (vía mujeresconciencia.com)

Vaya, la historia se repite. Tus padres trabajan juntos y reciben el Premio Nobel juntos y tú y tu marido también.

Siempre dije que yo nunca me casaría y cuando conocí a Frédéric pensé que era demasiado guapo y que hablaba demasiado. Creo que mi madre era de la misma opinión y por eso le pareció buena idea que nada más llegar a nuestro laboratorio (venía recomendado nada más y nada menos que por Paul Langevin) se pusiera bajo mi tutela. Debió pensar que mi carácter taciturno y austero lo harían desistir. Pero él brilló. Aparentemente, éramos polos opuestos, pero en esencia nos compenetrábamos de maravilla. En fin, nos enamoramos y (a pesar de mi madre) nos casamos. Es gracioso porque ella, con su gran inteligencia, nunca supo entender el amor que él me procesaba. Pensaba que solo perseguía quedarse con el laboratorio al casarse con su hija. Pero bueno, nunca se lo reproché.

Me estás dejando de piedra. Y ahora me dirás que todo ese intenso trabajo lo has podido compaginar con ser madre.

Ser madre ha sido la experiencia más increíble que he vivido. No concibo mi vida sin la investigación, pero tampoco sin mis hijos. Ser madre e investigadora es lo que me hace sentir completa. Poco después de tener a mi primera hija contraje tuberculosis y el médico insistió en que no tuviera otro hijo y en que relajara mi ritmo de trabajo. No hice ni una cosa, ni la otra. Continué trabajando y unos años más tarde tuve a mi segundo hijo. Aún sigo luchando contra la enfermedad, pero sigo ganándole batallas.

Marie Curie, Irène Joliot-Curie, Pierre Joliot (el bebé), Hélène Langevin-Joliot, Frédéric Joliot-Curie y su madre Emilie (vía raed.academy)

Otra curiosidad, sé que a tu madre no le fue nada fácil completar sus estudios y que siempre tuvo que moverse en un mundo dominado por los hombres. Imagino que, en tu caso, algo mejoraría la condición de las mujeres para acceder a estudios superiores, ¿no?

Sí mejoró, pero no demasiado. Esos cambios se dieron muy poco a poco. Yo tuve la gran suerte de nacer en la familia Curie-Sklodowska. Mi abuelo paterno no creía demasiado en el sistema de enseñanza francés en aquella época, así que consiguió convencer a un puñado de colegas científicos (todos ellos notables) para que entre todos se encargaran de nuestra educación. Posteriormente hice el bachillerato en el instituto de Sevigné y lo acabé con año y medio de antelación. Se me daban bien las materias de ciencias y comencé los estudios de matemáticas y física, además de enfermería, en la Sorbona. Pero entonces estalló la Primera Guerra Mundial y tuve que marchar al frente. Por suerte, volví a la Sorbona y me licencié con matrícula de honor en matemáticas y física. En 1926 me doctoré bajo la dirección de Paul Langevin. En mi caso, conseguí lo que deseaba, pero sobre todo gracias al entorno familiar. La mayoría de las mujeres no tuvieron las mismas oportunidades que yo. Recuerdo entrar en aquellas aulas de la Sorbona repletas de chicos, cómo me miraban cuando…

De repente oigo una música. Me recuerda a la de mi despertador….

 

Para saber más acerca de Irène Joliot-Curie:

https://mujeresconciencia.com/2016/05/30/irene-y-frederic-joliot-curie-radiactividad-a-la-carta/

https://mujeresconciencia.com/2016/08/10/los-joliot-curie-o-acertar-a-la-segunda-con-james-chadwick/

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