JUGANDO CON EL AZÚCAR
No me gusta mucho cocinar. No tengo paciencia ni gusto. Pero, de vez en cuando intento hacer algo rico y sencillo, como, por ejemplo, un flan. El problema se me presenta a la hora de hacer el caramelo. Solo hace falta azúcar y calor, pero a mí no me sale. El azúcar, con solo ponerlo en la sartén y darle calor se transforma de una manera asombrosa; cambia de fase, adquiere color y desprende olores. Los granitos de azúcar son cristales, es decir, sólidos en los que la materia está ordenada periódicamente. Y son transparentes, aunque los vemos de color blanco debido a la difracción de la luz sobre los cristales. Bueno, pues esos cristales incoloros y sin olor se convierten en un jarabe dorado que va soltando olores deliciosos. Es el proceso de la caramelización . Al calentarse el azúcar, sus moléculas comienzan a romperse. Dependiendo del tipo de azúcar, la temperatura a la que se produce la caramelización es distinta. En el caso de la sacarosa, es en torno a unos 170 °C. El
Comentarios
Publicar un comentario