¿QUIÉN SERÁ EL ÚLTIMO EN REÍR?

Quino

No es que las leyes de la física persigan acabar con Dios. A lo largo de la historia, y seguramente hoy en día también, muchos científicos y científicas que dedican su vida a desentrañar los misterios de la vida y del universo, han sido o son creyentes.

Pero, resulta que cuanto más avanzamos en el conocimiento, cuanto mejor conocemos las leyes que gobiernan el universo, menos necesitamos la existencia de un Dios. Hace mucho que prescindimos de Dios para explicar tanto nuestra propia existencia, como también la del resto de seres vivos. No lo necesitamos para explicar por qué hay sequías, inundaciones, eclipses, estrellas fugaces, nacimientos o muertes. Y es que, a medida que la ciencia avanza, la figura de un ser creador se va desvaneciendo.

Todavía falta comprender con mayor seguridad qué ocurrió en ese primer momento en el que todo empezó. Quién puso allí aquella materia o quién generó esa primera fluctuación de la energía que dio origen al universo. Y mientras eso no se resuelva del todo, en la ecuación seguirá habiendo sitio para un Dios.

La idea de un ser creador que explique el comienzo del universo ha rondado y sigue rondando las mentes que estudian el cosmos. El propio Einstein hacía a menudo alusiones a Dios, aunque hay evidencias de que era ateo. Stephen Hawking, en su libro Historia del Tiempo escribe: Pero si el universo () no tiene ninguna frontera o borde, no tendría ni principio ni final: simplemente, sería. ¿Qué lugar queda, entonces, para un creador?

Cuanto más viajamos al pasado y más nos acercamos al origen del universo, cuantos más pasos damos hacia su comprensión, más abrumadora, desconcertante y compleja se vuelve la realidad. Pero, al mismo tiempo, más se aleja Dios. Quizás ese hipotético ser creador se esté riendo de las leyes físicas que hoy sustentan nuestro conocimiento del cosmos, pero quizás no sea el último en reír.

Comentarios

Entradas populares de este blog

JUGANDO CON EL AZÚCAR

¿FE CIEGA EN LA TECNOLOGÍA?

HISTORIA DE LA CIENCIA EN AMÉRICA LATINA