CEREBRO Y SEXO
Guión para sección de Neurociencia en un programa de radio
PRESENTADORA
Hoy, en nuestra
sección de Neurociencia, vamos
a hablar de sexo. De hombres y de mujeres. De homosexualidad y de transexualidad.
Y todo ello mirando a nuestro cerebro. Nos haremos preguntas como, ¿Es distinto el cerebro de un hombre y el de una mujer? ¿Podemos encontrar en el cerebro respuestas a nuestros comportamientos o
nuestras habilidades? ¿Qué hay de cierto en que las mujeres no sabemos leer los mapas y los
hombres no pueden hacer dos cosas al mismo tiempo?
Muchas
preguntas, muchas dudas, que se las trasladamos, ya mismo, a nuestra neurocientífica de cabecera, la doctora Mía Sevilla. Bienvenida una semana más, Mía. Bueno, la pregunta ya está lanzada, ¿es diferente el cerebro
según el sexo? ¿qué dice la ciencia?
MÍA
Buenos días, Eva. La respuesta es clara: sí, son diferentes. Además, desde dos puntos de
vista; desde el punto de vista de su estructura y desde el punto de vista de
sus funciones. Esto hace que nos comportemos de forma diferente y que
presentemos habilidades diferentes, como las que has comentado. Por ejemplo,
que las mujeres tengamos una mayor fluidez verbal o que los hombres sean
mejores en matemáticas. Esto, como siempre, hablando en términos generales.
P.
Es decir, que si
miramos dos cerebros, uno de hombre y otro de mujer, veremos que no son iguales.
¿en qué se diferencian?
M.
Para empezar, el cerebro del hombre es mayor
que el de la mujer y posee menos materia gris. Otra diferencia fundamental la
encontramos en dos zonas diferentes del hipotálamo, un área del cerebro que
parece estar implicado en el comportamiento sexual.
Ocurre una cosa muy curiosa en uno de los núcleos del hipotálamo que presenta diferencias.
Resulta que tanto los niños como las niñas nacen con un número similar de células en este núcleo y las van aumentando hasta que cumplen los 5 años. Y se mantienen en
un número constante
hasta una edad muy crítica; la pubertad. Es entonces cuando muchas de estas células mueren en el
cerebro de las chicas, pero no en el de los chicos.
Más diferencias. La amígdala, relacionada con las emociones, el miedo o la agresividad, es
mayor en los hombres. También se han encontrado diferencias en los hemisferios cerebrales. Ambos
hemisferios, el izquierdo y el derecho, son muy simétricos, pero controlan
diferentes funciones. El hemisferio izquierdo se encarga principalmente del
razonamiento matemático y lógico, mientras que el derecho se encarga del pensamiento artístico.
Pues bien, son más asimétricos en los hombres que
en las mujeres. Y, digamos, que en determinadas funciones los hombres solo
activan partes de un hemisferio, mientras que las mujeres activan partes de
ambos hemisferios. Es decir, en el cerebro del hombre existe una mayor
lateralidad.
Existen más diferencias entre ambos
cerebros, pero creo que nos podemos quedar con esta selección.
P.
Y estas
diferencias, ¿aparecen a lo largo de
nuestras vidas, se van acentuando o es algo que ya nos viene determinado desde
que nacemos?
M.
Hay dos momentos clave en la diferenciación de ambos cerebros; la
prenatal y la postnatal. Son momentos cruciales en el desarrollo de nuestro
sistema nervioso y es ahí donde los factores genéticos y hormonales entran en acción. Son momentos clave en los que se comienza
a modelar lo que en un futuro será nuestro cerebro; distinto si somos hombre o si somos mujer.
P.
Me imagino que
todo esto, todas estas diferencias, no se habrán producido por casualidad. Me imagino que detrás se esconde alguna poderosa razón, quizás una razón evolutiva.
M.
Tenemos que pensar que una de las prioridades
del ser humano es asegurar su continuidad, es decir, dejar descendencia. Para
ello, hay que procrear y hay que cuidar a los hijos hasta que se puedan valer
por sí mismos. Las parejas que consigan hacer este trabajo de forma más eficiente tendrán más éxito evolutivo. Es
decir, les conviene trabajar en equipo. Y cada individuo se especializará en alguna habilidad
que se complementará con la del otro individuo.
En este sentido, se piensa que la evolución favoreció los cerebros con determinadas
cualidades según el sexo. Al ser conveniente dividir las tareas, se crearon distintas
habilidades para los hombres y para las mujeres. Y precisamente estas
diferencias son el reflejo de las diferencias estructurales del cerebro de las
que hemos hablado.
P.
Hablemos ahora
de la homosexualidad. No se si recordarán, pero hace unos días se publicó un estudio cuyos resultados nos dejaban este titular: “no existe un gen de la homosexualidad”. Y levantó polvareda, porque sigue
siendo un tema controvertido. No podemos olvidar que todavía hoy en día en 70 países es una práctica que se
criminaliza, en algunos de ellos incluso con la pena de muerte. Ya hemos dicho
que los cerebros del hombre y la mujer son diferentes y eso nos puede llevar a
hacernos otra pregunta ¿son diferentes los
cerebros de los heterosexuales y de los homosexuales?
M.
Bueno, es una pregunta que no tiene una
respuesta clara o no, al menos, contundente. Como os podéis imaginar, no es nada
fácil conseguir
cerebros humanos para estudios neurobiológicos, de manera que no contamos con
suficientes datos para poder llegar a conclusiones claras.
Aún así, me gustaría hablaros de un estudio que se realizó en 1991 con
homosexuales que habían muerto de SIDA. Se compararon sus cerebros con los de otras personas
heterosexuales. Se encontró que una zona del hipotálamo del que antes hemos hablado y que está directamente
relacionada con el comportamiento sexual masculino era de menor tamaño en los homosexuales.
P.
¿Quieres decir que el
tamaño de una parte del cerebro podría determinar nuestra orientación sexual?
M.
Es cierto que estos resultados apuntan a que
existen factores biológicos que podrían estar detrás de la homosexualidad. Pero este estudio recibió muchas críticas. Por un lado, por
el tamaño de la muestra. Por otro lado, porque los homosexuales que habían fallecido como
consecuencia del SIDA podían tener dañados los cerebros debido a la enfermedad.
También surgieron críticas respecto al grupo
de control, es decir, al grupo de personas fallecidas “supuestamente” heterosexuales; eran mayores
que los homosexuales que habían fallecido jóvenes, y además, no había seguridad en saber si habían podido ocultar su condición sexual (algo que no
era raro en aquellos años). Como digo, no son datos concluyentes y la investigación debe continuar en ese
campo.
P.
¿Y la homosexualidad es
hereditaria?
M.
También se ha estudiado si la homosexualidad se
hereda y en qué grado. Y se ha estimado que es de un 53%. Se han realizado estudios
con gemelos que tienen el mismo genoma, es decir, que proceden del mismo óvulo y del mismo
espermatozoide. Y se ha estimado que la probabilidad de que el hermano de un
homosexual sea también homosexual es del 57%.
De todas formas, hay que tener en cuenta que
cuando hablamos de orientación sexual, hablamos de un comportamiento y como tal, está influenciado por
numerosos factores, incluyendo los sociales; la educación, el entorno social, las
relaciones familiares y los factores psicológicos, entre otros.
P.
¿Y en el caso de los transexuales?
Porque se trata de personas que tiene un sexo diferente del que, digamos,
sienten. Se trataría de un caso aún más complejo de estudiar,
¿no?
M.
Hay otro elemento del cerebro que antes no he
mencionado pero que también presenta diferencias entre hombres y mujeres. Es la estría terminal. Se trata de
una de las vías de salida más importantes de la amígdala. Pues bien, su tamaño es mayor en hombres que en mujeres. Y muy similar en hombres
homosexuales y heterosexuales. Pero la estría terminal en los
hombres transexuales se ha encontrado que es de tamaño similar al de las
mujeres.
P.
Bueno, algunos misterios del cerebro
resueltos, en el caso de la diferencia entre hombres y mujeres, aunque me
imagino que todavía habrá mucho más por investigar. Y en el caso de la orientación sexual, los
interrogantes continúan. Muchas gracias, Mía, una vez más, por compartir estos
momentos y tus conocimientos con todos nosotros. Hasta la próxima semana.
M.
Muchas gracias a vosotros. Un saludo.
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