"BOMBAS" DE CAFEÍNA Y AZÚCAR
Mi hermana, que es profesora de secundaria, me
contó un día lo que le había ocurrido con una
alumna suya de 14 años. Tanto mi hermana como el resto del profesorado anduvieron una temporada
preocupados con una estudiante porque de la noche a la mañana le notaron un
cambio brusco. Mientras el resto del alumnado seguía como de costumbre, es
decir, medio dormidos las dos primeras horas de la mañana, ella estaba
absolutamente “energética”, no paraba quieta y no callaba. Eso no era normal. Mi hermana recuerda
que algún día le llegó a preguntar; pero tú, ¿qué has desayunado hoy? Una pregunta casi retórica. Pero en este caso, había dado en la diana.
Con la ayuda de sus compañeras de clase, mi
hermana pudo llegar a desvelar el misterio. La alumna en cuestión se tomaba un par de Red
Bull antes de ir a clase. Su madre regentaba un bar y ella desayunaba allí todas las mañanas. Como tenía acceso a lo que más le apeteciera, no se
le ocurrió nada mejor que tomarse dos de esas “bombas”. Lo que ella no sabía y, probablemente su
madre tampoco, es que se estaba tomando entre tres y cuatro tazas de café de una sola atacada y
todo ello con una cantidad de azúcar brutal.
Supongo que la cría pensaría, voy a tomarme una bebida
energética, de esas que dicen que son buenas para el
estudio y para el deporte. Sin embargo, estaban perjudicando su salud.
Por suerte, lo descubrieron pronto, hablaron con ella y con su madre, y cambió de desayuno. Todo
volvió a la normalidad. Pero, ¿cuántos niños y adolescentes lo consumen sin saber lo que de verdad están metiéndose en el cuerpo? ¿y cuántos adultos, madres y
padres han caído en el mismo engaño?
Si vemos a famosos y reputados deportistas
tomar estas bebidas y recomendarlas, ¿por qué va a ser malo para nosotros? Si en las latas
pone que nos va a dar energía, nos va a dar alas,
por algo será, ¿no? Ya he dicho que, básicamente, contienen mucha cafeína y mucho azúcar. El resto de
ingredientes, entre ellos la famosa taurina, no tiene efectos, ni
buenos, ni malos. A estas bebidas les añaden algunas vitaminas del grupo B y ya
pueden publicitarlas como “energéticas”. Otro sinsentido más de la normativa europea y del nutricionismo en el que se basa.
En las siguientes tablas he comparado los
contenidos en cafeína y azúcar de tres bebidas energéticas, de mayor a menor cantidad total. He creído interesante añadir su equivalencia en
número de tazas
de café expreso y número de sobres de azúcar de 5 gramos. Los datos hablan por sí solos.
· No llega al mínimo de 75 mg de cafeína, cantidad que la EFSA
(Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) considera como límite mínimo para que sea
efectiva.
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