La evolución de Sana


Sana, de tres años, tiene los ojos negros y el cabello castaño como su padre. Ha heredado la sonrisa, la curiosidad y la forma de moverse de su madre. Vive en una caverna y forma parte de un grupo de 130 miembros que ya utilizan las primeras palabras para comunicarse.

Tras una jornada de cacería, Sana escucha atentamente a su padre mientras parece contarles a otros hombres del grupo cómo han conseguido rajar la piel de un oso mediante una piedra tallada. Se trata de las primeras herramientas que hicieron posible el acceso a la carne de los animales de mayor tamaño. Y se les nota emocionados. Sana se da cuenta de que es un acontecimiento importante y no pierde detalle. Después, busca a su madre, a la que encuentra seleccionando unos frutos y unas hierbas. Sana interroga a su madre con los ojos y ella le enseña qué se debe hacer con lo recolectado y, sobre todo, qué hierbas o frutos no deben comerse.

La herencia genética de Sana, es decir, los genes heredados de sus progenitores, son fruto de una larguísima evolución biológica del ser humano. Además del color de sus ojos o de su cabello, el hecho de que Sana camine erguida o de que no tenga pelos en la cara es consecuencia de la evolución genética.

Pero hay algo más que Sana va a heredar y que hará posible que ella y sus descendientes saquen mayor provecho de su entorno, se alimenten mejor, se protejan mejor de los depredadores, etc. Y para ello ha sido imprescindible la capacidad que sus antecesores han tenido de utilizar el lenguaje, de ser capaces de transmitir conocimiento, información, ideas, habilidades a otros integrantes del grupo. Crear nuevas herramientas, transformar la naturaleza o ser capaces de generar un sistema de relaciones sociales. Todo eso y más es la evolución cultural. Son los cambios que Sana y su grupo han provocado gracias a sus capacidades de adaptación al medio y a la transmisión de sus conocimientos.

El acceso a la carne, que les proporcionó una fuente esencial de energía, y el tamaño del grupo serán importantes en la evolución de la cultura, ya que ello les permitirá mantenerla. Sana vive en un medio determinado, con una disponibilidad de agua y alimentos determinada, con un clima determinado, pero no vive sola. El ser humano es enormemente social y vivir en comunidad determinará la capacidad que Sana tendrá para adaptarse al medio que le ha tocado vivir. A través del lenguaje aprenderá de sus semejantes y ella, a su vez, con el tiempo, será fuente de conocimiento.

Pero que el padre y la madre de Sana sean capaces de crear algo nuevo y de transmitirlo mediante el lenguaje es algo que es posible solo debido a la evolución biológica que han sufrido, a los genes heredados que lo han hecho posible. Así que, la evolución cultural ha ido de la mano de la biológica y así sigue siendo. Aunque ya no son tan importantes las características genéticas; el ser humano actual se adapta a su ambiente, principalmente, por medio de la evolución cultural.

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