Ciencia inductiva o ciencia deductiva
Existen dos maneras de acceder al conocimiento: el empirismo o método inductivo y el racionalismo o método deductivo. La ciencia inductiva obtiene conclusiones generales a partir de observaciones puntuales, mientras que la deductiva parte de una ley o principio general y lo aplica a un fenómeno particular. Trataré de encontrar estas claves en cuatro informaciones referentes a investigaciones científicas publicadas recientemente.
1. Un claro ejemplo del método inductivo lo he encontrado en una investigación del Instituto Salk de California. Un experimento realizado con ratas en el que se les aplica una restricción calórica lleva a los investigadores a obtener conclusiones interesantes respecto a los efectos que tiene en el envejecimiento de las células.
Se
compararon ratas que comían un 30% menos de calorías con ratas con dietas
normales. Se analizaron más de 168.000 células de 40 tipos en 56 ratas. Las
células procedían de tejidos grasos, hígado, riñón, aorta, piel médula ósea,
cerebro y músculo y se utilizó la tecnología de secuencia genética unicelular
para medir los niveles de actividad de los genes.
2. Otro
ejemplo del método inductivo en las investigaciones científicas recientes es el
caso del estudio que describe cómo logramos diferenciar la melodía y el
lenguaje hablado. En esta investigación han conseguido demostrar que la
percepción del habla y de la melodía dependen de dos aspectos distintos de la
acústica; la dinámica espectral y la temporal.
En un
experimento pidieron a 49 participantes que distinguieran las palabras o las melodías
de 100 canciones previamente distorsionadas. Los resultados mostraron que las
fluctuaciones temporales son muy importantes para comprender el habla, pero no
la música, mientras que las fluctuaciones espectrales son imprescindibles para
percibir las melodías, pero no el habla.
Para
comprobar cómo responde el cerebro a estas diferentes características sonoras,
se obtuvieron imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI) de
los participantes mientras distinguían los sonidos. Los investigadores descubrieron
que el procesamiento del habla ocurría en la corteza auditiva izquierda,
mientras que el procesamiento melódico ocurría en la corteza auditiva
derecha.
Estos
resultados tienen aplicaciones interesantes, por ejemplo, en el área de
los implantes cocleares. Por ahora, esos implantes funcionan bien
para el habla, pero no para la música. Este trabajo ayuda a explicar por qué ocurre
y quizás pueda mejorar su funcionamiento para la música.
3. Una noticia referente a la instalación de un detector de neutrinos en los Andes me lleva a encontrar la primera investigación basada en el método deductivo.
El
físico austríaco Wolfgang Pauli fue quien, en 1930, imagino por primera vez la
existencia de los
neutrinos. Y escribió: “He hecho algo terrible: he postulado la existencia de
una partícula que no puede ser detectada”. Pauli predijo la existencia de los
neutrinos para compensar la aparente pérdida de energía y momento lineal en la desintegración β de los neutrones, pero no disponía de la tecnología
para poder detectarlos.
En
1956 Clyde Cowan y Frederick
Reines demostraron
su existencia experimentalmente, aunque de forma indirecta. En la actualidad
existen 15 laboratorios subterráneos cuyo objetivo es “cazar” a los neutrinos
mediante detectores extremadamente precisos. El de los Andes pretende ser el primero situado en el hemisferio sur.
Estas
partículas subatómicas son lanzadas al espacio por las reacciones nucleares que
tienen lugar en el interior del Sol, explosiones de supernovas o agujeros
negros. No tienen carga eléctrica, son indivisibles, apenas tienen masa y se
mueven a velocidades cercanas a la de la luz. Y bombardean la Tierra de forma
permanente, sin descanso y sin afectarnos, así que un importante reto de la física de partículas actual es la detección de los neutrinos.
4. La última noticia científica analizada me ha resultado más difícil de clasificar. Se trata de una investigación llevada a cabo por el Instituto de Astrofísica de Andalucía del CSIC. Partiendo
de observaciones realizadas de las partículas de polvo cósmico en el cometa 67P,
tanto las realizadas desde Tierra como por la sonda Rosetta in situ y
que no son coincidentes, diseñan un experimento en el que realizan pruebas con
motas de polvo de distintos tamaños y características hasta encontrar las
idóneas.
Anteriormente
a este estudio se pensaba que estas partículas eran esféricas y del tamaño de
una micra. En este nuevo experimento parten de la suposición de que las
partículas no son esféricas y de que su tamaño es mayor.
Al no
ser posible observar de cerca las partículas de polvo del universo que actúan
como semillas para la formación de todos los cuerpos sólidos, las
investigaciones se centran en determinar las características de las partículas
que forman el núcleo de los cometas, ya que se trata de los objetos menos
afectados por la radiación solar y, por lo tanto, el material que los compone
apenas ha cambiado con el transcurso del tiempo.
Concluyo, por tanto, que se trata de ciencia deductiva, ya que se genera la hipótesis de que las partículas de polvo del universo deben
ser similares a las partículas observadas en el cometa 67P y se diseña un
experimento con análogos.
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