A la caza de los alimentos funcionales

Un alimento funcional es, según el International Life Sciences Institute, aquel que le confiere al consumidor una determinada propiedad beneficiosa para la salud, independiente de sus propiedades puramente nutritivas.

No nos damos cuenta, pero en nuestra cesta de la compra y, más aún en los supermercados, la cantidad de alimentos funcionales es más que significativa. Tras un rastreo en mi despensa y en la de mis familiares, presentaré dos ejemplos de cada uno de los cinco métodos principales que existen para elaborar alimentos funcionales. La búsqueda se complementa con los catálogos de compra online.

Primer método: se basa en la eliminación de un componente que cause un efecto perjudicial al consumidor en general o a un grupo determinado de consumidores.

Ejemplo 1:Cereales para bebés sin gluten
Pensado para los bebés celiacos, estos cereales han sido elaborados eliminando uno de sus componentes, el gluten. Este producto, además, está enriquecido con calcio y vitaminas, por lo que también es un alimento funcional del tercer grupo, el de los alimentos suplementados.

Ejemplo 2: Yogures sin lactosa. En principio, elaborados para consumo de las personas intolerantes a la lactosa. Realmente, no se elimina la lactosa de la leche, si no que se añade la encima que estas personas no producen para poder separar la lactosa en los dos azúcares que la componen. De esta manera, los intolerantes a la lactosa pueden tomar estos yogures sin sentir después consecuencias negativas.
Segundo método: se basa en incrementar la concentración de un componente que ya poseía previamente el alimento convencional.

Ejemplo 1: Mermelada con fructosa extra
En esta mermelada que dice tener una cantidad extra de fructosa, además de la fructosa presente en el albaricoque, se ha añadido más fructosa y no se ha utilizado la habitual sacarosa. De esta manera, sin perder el dulzor de las mermeladas, ésta resulta apta para las personas con diabetes.
Ejemplo 2: Yogures DENSIA
Estos yogures están dirigidos a las personas mayores, especialmente las mujeres tras la menopausia, que pierden calcio en sus huesos. Se les añade un porcentaje mayor de calcio, llegando a contener cada unidad 417 miligramos de calcio, frente a los 120 mg de un yogur natural de la misma marca.
Tercer método: se basa en la suplementación de un alimento con un ingrediente que no poseía originalmente.

Ejemplo 1: Sal yodada
La sal yodada es sal común a la que se le añade yodo con el propósito de paliar el déficit de yodo en la alimentación habitual. Especialmente dirigido a las mujeres embarazadas en las que el yodo es esencial para el normal desarrollo del cerebro del feto.
Ejemplo 2: Bebida láctea omega3
Eroski, dentro de su gama de productos sanos Sannia, elabora una bebida a base de leche desnatada que cuenta entre sus ingredientes con aceite de pescado. Se trata de un alimento enriquecido con ácidos grasos omega-3 con el supuesto objetivo de mejorar la salud cardiovascular.
Cuarto método: consiste en sustituir un componente con efectos perjudiciales o nocivos para la salud por otro que posea efectos neutros o positivos.

Ejemplo 1: Nocilla sin aceite de palma
Aunque pudiera parecer un alimento del primer grupo, es decir, uno al que se le ha eliminado un componente, realmente es un alimento al que se le ha sustituido un componente habitual; el aceite de palma. En lugar de este tipo de grasa, que hoy en día tiene muy mala fama por tratarse de un aceite de inferior calidad nutricional y provocar problemas medioambientales, en el caso de nocilla se ha utilizado aceite de girasol.
Ejemplo 2: 
Galletas sin azúcar
Estas galletas son aptas para personas con diabetes y personas que, en general, están preocupadas por su dieta y optan por reducir la cantidad de azúcar que consumen. Así, este producto sustituye el clásico azúcar por dos edulcorantes: maltilol e isomalt.

Quinto método: consiste en alterar la biodisponibilidad de alguno de los nutrientes presentes en un alimento convencional con el fin de obtener un efecto positivo para la salud.

Ejemplo 1: Danacol Avena y Nueces
Yogur con esteroles vegetales que reducen la absorción del colesterol. Una nueva variante del clásico Benecol, más cremoso y que viene complementado con avena y nueces.
Ejemplo 2: Leche Pro-active Flora
Leche con esteroles vegetales que, al igual que los productos Benecol o Danacol, prometen reducir los contenidos de colesterol.

Tras esta larga y ardua búsqueda me han surgido más preguntas que respuestas. Lo que he sacado en claro es que debemos fijarnos en estos alimentos funcionales, preguntarnos por qué lo estamos adquiriendo y ser críticos sobre si nos aportará lo que promete.

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