UN BAÑO "A MEDIDA"
Os propongo un recorrido especial por el baño. Nos fijaremos en las magnitudes que definen el espacio y su contenido, precisando por el camino, qué unidades utilizamos, con qué precisión y cómo las medimos.
Podemos comenzar por los
metros cuadrados, m², del baño, que son una medida de la superficie que
ocupa y se consigue multiplicando dos distancias, la largura de la estancia y
su anchura, ambas medidas en metros. Basta utilizar una cinta métrica, aunque
hoy en día está muy extendido el uso de medidores de distancia láser.
Vamos ahora con los jabones
líquidos, cremas corporales, gel, champú, mascarilla, espuma de afeitar,
líquido de lentillas, colonia, pasta de dientes. Como estos productos son
líquidos, de mayor o menor densidad, lo que se mide es el volumen. La unidad
utilizada es el mililitro, ml, es decir, 0,001 litros, l, que es la unidad
de volumen en el sistema internacional. Para comprobar que no nos engañan con
el dato podemos verter el contenido en la misma jarra que sirve para medir los
ingredientes de una receta de cocina.
Pasamos al hilo dental, cuya
longitud viene determinada en metros, m. Si tienes uno a mano, fíjate en
la cantidad de metros que entran en ese cacharrito. ¿A que no te lo esperabas?
Otro producto común del
baño es la pastilla de jabón, expresada su masa, la cantidad de materia, en
gramos, g. Aunque siempre nos referimos al peso y esa es una de las
“confusiones” más extendidas sobre magnitudes físicas entre la población. Porque
masa y peso no son lo mismo. ¿Y qué ocurre con la báscula del baño? Pues lo
mismo, creemos que nos estamos pesando, pero estamos midiendo nuestra masa, en
este caso en kilogramos, kg, con una precisión de 0,1 kg, es decir, de 100
g. Es curioso, pero las básculas de los baños en realidad miden el peso, es
decir, la fuerza que ejerce la gravedad sobre nuestra masa (en Newton, N,
que es la unidad del peso en el Sistema Internacional de Unidades) y luego nos
muestran la masa equivalente expresada en kilogramos. Y a eso le llamamos peso.
Es de locos ¿no?
¿Y qué hay de las magnitudes físicas que determinan el ambiente del baño, la temperatura del aire y la humedad? Si disponemos de un termómetro podemos medir la temperatura en grados centígrados o grados Celsius, °C, con un nivel de precisión de 0,1 grados. También podemos medir la del agua con uno de esos termómetros tan chulos que se usan para bañar a los bebés (aunque el sistema del codo es más barato y funciona de maravilla).
La humedad relativa del aire, que podemos medir con un
higrómetro, es la cantidad de vapor de agua que hay en un ambiente
en relación a la cantidad de vapor de agua que podría contener como máximo ese
aire a una determinada temperatura y se expresa en tanto por ciento. Cuando el
aire no puede absorber más vapor de agua, se condensa y se convierte en líquido.
Así que, cuando la humedad relativa llega a su máximo, al 100%, ya aparecen las
primeras gotitas empañando el espejo y se empieza a formar una neblina dentro
del baño.
En todo este recorrido no hemos
encontrado ninguna magnitud que no sea expresada en el Sistema Internacional de
Unidades y hemos constatado que la precisión requerida en sus medidas no es
alta, pero es que, una mayor precisión carecería de sentido. ¿Os ha gustado el
paseo? No sé si hemos conseguido un baño a medida, pero, al menos, le hemos
tomado la medida al baño.
Comentarios
Publicar un comentario