A LA LUNA LO QUE ES DE LA LUNA. NADA MÁS


A LA LUNA LO QUE ES DE LA LUNA. NADA MÁS


La Luna ejerce un atractivo especial sobre el ser humano. Hace miles o cientos de años, cuando la ciencia todavía no había dado algunas respuestas, se le atribuían un sin fin de autorías (partos, enfermedades mentales, crímenes, sueño, salud, crecimiento del pelo y de las plantas y un largo etcétera) y casi todo parecía depender de ella.

Pero que en pleno siglo XXI, se siga hablando de los cambios que provoca en el tiempo, de que ciertos días “especiales” determinen cómo se comportará la próxima estación, o de que una nevada coincidente la Luna llena de octubre asegure otras siete, eso es demasiado. Aún perviven muchos mitos sobre la Luna.

Bueno, ya está, ya me he desahogado. No he podido evitarlo. Pero ahora sí, vamos con una de las más claras influencias de la Luna. Las mareas; esa subida (pleamar) y bajada (bajamar) del nivel del mar, cíclica, diaria, constante, predecible. En mares cerrados son poco significativas y apenas se notan, como es el caso del Mediterráneo, pero en otros lugares son impresionantes. El lugar que ostenta el récord mundial se encuentra en Canadá, en la Bahía de Fundy, donde la altura de la marea puede alcanzar los 16 metros, mientras que la media de todos los océanos es de 1 metro. Eso se debe a la forma específica de la bahía que genera resonancia en la gran masa de agua que entra en ella.

Otro lugar espectacular donde poder presenciar ese vaivén del mar es el Mont Saint Michel, en Francia.


Y aquí sí, aquí la Luna está detrás de este fenómeno, o más concretamente, la fuerza de gravedad que ejerce la Luna sobre los océanos. Las mareas se han observado, se han medido y se ha formulado una teoría que permite predecir en qué momento y cuánto va a subir o bajar la marea en cada punto del planeta a lo largo de los próximos años.


En realidad, la Luna no está sola en este negocio, también interviene el Sol (y el resto de cuerpos celestes que nos rodean, aunque al estar mucho más lejos sus efectos apenas cuentan), junto con el que provoca las famosas Mareas Vivas. Cuando tenemos Luna Llena y Luna Nueva las mareas son más altas/bajas; es lo que llamamos Mareas Vivas. Y cuando la Luna está en cuarto creciente y cuarto decreciente las mareas son más pequeñas y las llamamos Mareas Muertas.

Al día tenemos, aproximadamente, dos pleamares y dos bajamares y al mes, aproximadamente, dos mareas vivas y dos mareas muertas. En este vídeo se explican las mareas de una manera sencilla y clara:


Además de la razón astronómica, que es la principal en mares abiertos, las pleamares y las bajamares también sufren menores pero importantes variaciones debido a razones meteorológicas, principalmente cambios en el campo de presión y el viento; un ejemplo lo encontramos en las recientes inundaciones de Venecia.


Mientras veo avanzar y retroceder el mar no dejo de imaginarme a la Luna tirando de él, y eso me fascina. Me fascina también darme cuenta de que puedo saber cuánto va a subir el mar al día siguiente, dentro de un año, o cuando mi hijo cumpla 50 años. A la Luna, lo que es de la Luna. Nada más.

Comentarios

  1. Por el efecto que sí tiene, las mareas, muchas personas creen en los que no tiene, y le dan fuerza a los mitos que comentabas al principio.

    Es algo fascinante, sin duda. Y más si pensamos que esas mareas producen un rozamiento que va relentizando el giro de la tierra. De hecho, que la luna siempre de la misma cara a la tierra no es casual, la tierra la fue frenando mediante "fuerzas de marea" hasta llegar a esa situación.

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