JUGANDO CON EL AZÚCAR
No me gusta mucho cocinar. No tengo paciencia ni gusto. Pero, de vez en cuando intento hacer algo rico y sencillo, como, por ejemplo, un flan. El problema se me presenta a la hora de hacer el caramelo. Solo hace falta azúcar y calor, pero a mí no me sale. El azúcar, con solo ponerlo en la sartén y darle calor se transforma de una manera asombrosa; cambia de fase, adquiere color y desprende olores. Los granitos de azúcar son cristales, es decir, sólidos en los que la materia está ordenada periódicamente. Y son transparentes, aunque los vemos de color blanco debido a la difracción de la luz sobre los cristales. Bueno, pues esos cristales incoloros y sin olor se convierten en un jarabe dorado que va soltando olores deliciosos. Es el proceso de la caramelización . Al calentarse el azúcar, sus moléculas comienzan a romperse. Dependiendo del tipo de azúcar, la temperatura a la que se produce la caramelización es distinta. En el caso de la sacarosa, es en torno a unos 170 °C. El
La conclusión que sacas es una posible, otra es la contraria, prescinir de la poco saludable para forzar a consumir la otra... No he podido evitar el comentario, pero esto está fuera de lo que pretendía este ejercicio. Cuando hablemos de la revisión por pares, este tipo de cosas (criticar el contenido) sí que tendrán su sentido.
ResponderEliminarSí, lo había pensado, sobre todo porque es la que me gustaría aplicar. De todas maneras, intuyo que también sobraría comida. Eso también habría que investigarlo...pero no sé si me atreveré a preparar una merendola saludable. Gracias por el comentario.
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